Por Marcos Valdez Contreras
Definir el fenómeno comunicativo como objeto de estudio científico es una reto que aún hoy sigue presente en las diversas sociedades que existen en América Latina. Pues la Comunicación si se pretende tomar como ciencia, es nueva y su construcción está en pleno desarrollo.
Realizar una renovación de la investigación de la comunicación mediante un enfoque interdisciplinar, como señala Moragas, que incluya economía, historia, política, cultura, filosofía, además de la vinculación con el contexto social que nos rodea, es un proceso difícil de establecer, por su origen, su forma, y la metodología de trabajo a seguir.
En América Latina, se ha ido estableciendo una relación de hermandad por el lenguaje, las historias compartidas y los lazos dolorosos que nos unen como países tras una conquista ideológica que se se ha vuelto un hierro doloroso con el que ya no debemos cargar.
Pensar en una América Latina, unida y con autonomía para establecer un diálogo que beneficie a los países que la conforman sin que intervengan terceros, es una situación anhelada que está muy lejos de cumplirse. América Latina ha pasado de ser una tierra libre antes de la llegada de los españoles, conquistada después del arribo de éstos, y por último, libre pero sometida a los intereses políticos económicos que han redigo el mundo en los últimos años, principalmente el capitalismo.
América Latina no ha podido tener una comunicación que fortaleza los lazos entre los países. La distancia sociocultural y territorial también ha tenido que ver. Por ejemplo, en Sudamérica, el país de Argentina ha asumido una postura en contra del sistema capitalista limitando de forma considerable la inversión extranjera, lo que les ha costado tener muchos problemas económicos y con una economía sumamente frágil.
Por otro lado, Brasil o Chile han optado por abrirse a las inversiones, siendo cobijados por las grandes potencias inversionistas, generando trabajo, teniendo un mejor desarrollo en los últimos años.
Más arriba, en Centroamérica, los países han tenido un desarrollo inferior a los anteriormente referidos, Salvador o Nicaragua, son países donde las grandes potencias, ni siquiera se han atrevido a invertir de gran manera, teniendo problemas para solventar las necesidades básicas en algunos casos.
México, es la catorceava potencia económica del mundo (de acuerdo al producto interno bruto, según datos del Fomento Monetario Internacional en 2013), un país lleno de riquezas naturales y que cuenta con todo para desarrollarse de gran manera, pero que ha sido mal manejado por sus gobiernos, que han sometido al pueblo, bajo intereses capitalistas, a partir del llamado neoliberalismo, establecido moderadamente en los tiempos del presidente Miguel de la Madrid (1982 – 1988) y asentado con autoridad en el ciclo presidencial posterior (1988 – 1994) dirigido por el entonces jefe de gobierno, Carlos Salinas de Gortari.
México está muy lejos de América Latina y tan cerca de Estados Unidos. Nuestro gobierno ha optado porque el pueblo sea el trabajador, el jornalero de horas interminables, el elemento indispensable para que se produzca la riqueza a todos los inversionistas. Nuestro gobierno, le ha dado la espalda a América Latina, y sólo voltea, para dialogar como cuando se ve pasar a un conocido con el que se saluda para mantener las relaciones pero no se profundiza en temas ni se coopera.
Todos los países latinos del centro y sur, al igual que el nuestro, se ahogan dentro de su propia agua tratando de resolver sus problemas, esto, no les da lugar para crear un diálogo que deje frutos, que sea una alianza duradera y benéfica para todos; se han ido olvidando poco a poco de luchar en conjunto, y han optado por atender cada quien lo suyo.
El sistema Neoliberal tiene amarrada del piernas y brazos a América Latina; mientras las principales potencias del mundo desplazan sus riquezas como en un juego de ajedrez utilizando caballos y torres como maquinaria, América Latina es utilizado como la armada que será sacrificada para obtener la riqueza a través del trabajo realizado.
En la actualidad, los problemas de comunicación en la diversa América Latina siguen siendo los mismos que hace mucho tiempo, inclusive más: la sumisión a políticas externas, los fenómenos raciales tan diversos que existen culturalmente y nos hacen confrontanos unos a otros, en lugar de acercarnos y vernos como una unidad, el planteamiento nulo de teorías a problemas específicos de la sociedad latinoamericana, aunado a todo esto, las tecnologías y su inmediatez han ayudado a magnificar los problemas que suceden en los países, en lugar de ser utilizadas como un medio de encuentro y reflexión.
Latinoamérica; el sueño de una unión está muy lejos de ocurrir. Aún siendo tan diversa como una sola; América latina, tan pobre y tan sometida a intereses ajenos (por voluntades propias o ajenas), serás solamente libre para comunicarte y autónoma para decidir si quieres unirte, en el momento que surjan de tu tierra individuos que edifiquen las formas económico políticas que cambien el rumbo de tu historia.