Resulta negativa la disposición
asumida por parte del gobierno ante la solicitudes presentadas por Las Libres,
organización defensora de los derechos de las mujeres.
Negativa a aceptar que hay violencia de género contra las mujeres, y más reciente a rehusarse a integrar una mesa de
trabajo conjunto a organizaciones civiles en el estado de Guanajuato.
El embrollo es el
siguiente: para el organismo Las Libres ha habido más de ciento cincuenta
feminicidios en el estado, y para el gobierno solamente veinte casos.
Tal disparidad en los
datos menciona el gobierno tras una investigación de feminicidios: haber falta de
pruebas. Amplía: Las Libres presentaron datos inconclusos en muchos casos, y no todos
los homicidios dolosos son feminicidios dentro de la ley, llevando al Estado a desestimar la petición realizada por la
organización no gubernamental.
En tanto, la situación no
deja de ser grave un ápice. Los asesinatos de mujeres han ocurrido y aumentado
de manera alarmante, tan sólo el año pasado, el gobierno los llame feminicidios o no,
hubo 73 homicidios ocurridos en contra de mujeres. Los datos presentados por Las
Libres son contundentes.
A la brevedad
El pasado lunes,
Verónica Cruz, titular de las Libres en rueda de prensa exhortó al gobierno del
estado a colaborar creando una mesa de trabajo donde confluyan, gobierno y organizaciones no gubernamentales involucradas para ayudar a las mujeres que viven la violencia, con el fin de dar
solución de manera conjunta a la problemática en materia de
mujeres.
De nada sirvió. Ayer
mismo, el mandatario estatal no dudo un poco y cerró las puertas al diálogo
respondiendo a la petición con un rotundo No. Y aunque dice acepta y respeta
las opiniones de las organizaciones, prefiere que se manifiesten de lejitos,
allá donde no infieran en las decisiones del gobierno y los dejen realizar la
parte que les toca.
Es entendible Márquez
quiera mantener su imagen intacta como gobernador pensando en su futuro
político; con la posición asumida ayer, permitir que las organizaciones civiles
colaboren es como admitir que necesita ayuda en su legislación para resolver
tales problemas.
La violencia contra las
mujeres es un problema serio. Sucede en gran mayoría dentro del seno familiar,
ahí oculto, escondido entre el juego, los celos, el amor, las pasiones y actúa
a hurtadillas de la razón, al grado de impresionar a los mismos violentadores y
violentados.
Márquez debería pensar
su respuesta dos veces sobre la ayuda que se le ofrece, pues el problema de
violencia que invade a las mujeres en Guanajuato es tan irascible e intrínseco
que necesitará de mucho trabajo para encontrar una solución.
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