El
año pasado. Se terminaba agosto y estaba por reiniciar un ciclo en mi
vida: estudiar. Lo Recuerdo borrascoso en mi mente, sin embargo los
sentimientos son más palpables y frescos; sentí nervios y un poco de angustia;
después de varios años alejado de las aulas estudiantiles, renunciaba a la vida
laboral en el sector industrial para incursionar en la carrera de Comunicación.
El
primer día. Me enfundé en mi ropa, revisé como por cuarta ocasión si todo
estaba en su lugar, y al serciorarme que todo estaba bien, me dirigí hacia la
UDL Plantel Silao, poco antes de las 7am. El camino estaba completamente
oscuro, más allá de que en esta época del año el alba comienza muy tarde, el
servicio de alumbrado público no servía.
Llegué al lugar. Situado en la zona centro de Silao enfrente del quiosco y poco más
adelante, la parroquia, construida entre finales del siglo XVII y comienzos
siglo XVIII… tampoco había luz, los estudiantes estaban afuera preguntando si
habría clases, los maestros daban indicaciones de esperar, y asignaban a las
aulas a tantos preguntaban.
gran
parte de los chavos se retiraron a sus casas antes de las 8, yo permanecí en el
lugar unos minutos más. Al dirigirme con la persona prominente que más dio
instrucciones durante la oscura mañana, me dijo muy posiblemente el grupo al
que yo ingresaría no sería abierto, pues sólo había pocos individuos
interesados en ingresar a estudiar la carrera de Comunicación.
Así
fue. La carrera no se abrió en ese plantel. Al día siguiente regresé y me
ofrecieron escoger ahí mismo ¡una carrera diferente! algo que me pareció
irrisorio y al mismo tiempo lamentable pues escoger una carrera que define la
vida misma no se hace en treinta minutos, a parte, también me ofrecieron
cambiarme a otro plantel, Guanajuato en la capital del estado y Paraísos en
León.
Pensé un momento: los viáticos, las
mensualidades, demás gastos… la vida sería más expensa, Sin embargo ya estaba todo resuelto y no me iba a arrepentir, así que fui a decirles que me
inscribiría en el plantel de Guanajuato.
A partir de entonces, ahí sigo y aquí testificaré mi avance…
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