Por Marcos Valdez
La credibilidad del Grupo Televisa fue puesta en duda una vez más.
Ésta mañana, Carmen Aristegui en su noticiero informativo emitió un reportaje
donde se muestra a Eliseo Caballero Ramirez, corresponsal de Televisa, y José
Luis Díaz Pérez, director de la agencia Esquema, “negociando y aconsejando” a
Servando Gómez, alias “La Tuta”, líder los Caballeros templarios.
Al respecto, la atención se centró
en la empresa Televisa, que de inmediato emitió un comunicado de prensa en el que admite tuvo conocimiento de la
reunión de su corresponsal y el miembro del crimen organizado desde el pasado
viernes 19 de septiembre, al ser notificados por el mismo Eliseo quien
“reconoció su encuentro con Servando Gómez”.
La televisora en su defensa argumentó no consentir los hechos
ocurridos, deslindándose del corresponsal y de tener un vínculo con el líder
del crimen organizado.
Sin embargo, para estas instancias, tras darse a conocer primero
en Aristegui Noticias el incidente de su ahora ex-corresponsal, el tema ha
tomado un tinte oscuro que luce más como un pretexto bajo, con un aparente
chivo expiatorio de por medio. A Televisa le sabe a poco haber emitido un
comunicado excusando los hechos y aseverando haber dado parte a las autoridades
con anterioridad.
Además, en el comunicado Televisa hace énfasis en que el público
le confiere la credibilidad y preferencia a sus noticieros, pero ¿qué hay de la
veracidad y objetividad que ellos deben mostrar hacia su público? hoy el hecho
noticioso se devela como algo que Televisa tenía encubierto, ¿De qué manera
hubiera actuado la televisora en caso de que Aristegui no hubiera publicado el
reportaje? Lo más probable es que lo hubieran callado.
Es lógico que no harían pública una noticia que implica el
desprestigio mismo de la compañía. Sin embargo, para su colmo y regocijo de sus
detractores, por tratar de proteger sus propios intereses, les resultó el tiro
por la culata.